
Vendo cápsulas de sueños
muletas para el cojear
de ilusiones cotidianas.
A ratos la plaza se llena
de gente que desea cristalizar
el elixir de la felicidad.
Los días siguientes,
la sangre coagulada en las heridas,
vuelven a mi puesto a por la siguiente oblea.
Patricia, Javier, Pablo. Valladolid.
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