
Vine a la plaza a enamorarte, quilla
yo con mi muleta rota
tú con tu mantón cristalizado
de azúcar y sangre.
Canta y yo te toco, quilla
la cena de hoy es una lotería
sin colorantes ni conservantes.
Canta y enamora, quilla
cápsulas de seguidilla.
Patricia, Javier, Pablo.
1 comentario:
No podía imaginarme que un ejercicio de estilo podría arrancaros esa afilada metáfora: "cápsulas de seguidilla". La envidia sigue siendo insana. Bravo. El mismo Borges admirador de los bardos de las kenningar habría estado orgulloso. Clarence
Publicar un comentario