La película que he visto más de veinte veces es Sonrisas y Lágrimas, porque tiene una fotografía y una banda sonora maravillosas, porque la vi de niña y me aprendí las canciones de memoria, y las cantaba con mis hermanas, y cuenta una historia de una familia grande como la mía, y las tardes frías de lluvia me encanta acurrucarme en el sofá y verla yo sola, y la vivo como algo que es muy mío (a mis hijas no les dice nada, aunque la saben muy mía porque fueron ellas las que me regalaron el DVD una navidad, y N odia los musicales y se burla cariñosamente de mí cada vez que la veo). Otra película que me hace sentir muy bien es My Fair Lady, sobre todo porque me acuerdo de mi padre cantando ciertas canciones horriblemente desafinado, pero con una alegría chispeante y contagiosa, y porque habla de lengua y de cómo nos identifica, cómo nos expresamos, cómo podemos cambiarlo y cómo nos hace cambiar.
Ana, Madrid.
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